VOICI Algunas Reflexiones Sobre Nuestra Experiencia Vivida En El NÉO-catecumenado De El otoño 1977 En la Primavera 1981

EN LA PRIMERA COMUNIDAD DE SDAD-ODILE DE QUEBEC.

(Esta experiencia ha sido escrita en 1982 tiene la pregunta del Monseñor Leclerc obispo auxiliar a la diócesis de Quebec.)

 

	J'ai caminados a lo largo de tres años y mitad en la primera comunidad néo-catéchuménale de Sdad-Odile de Quebec. Cuando he seguido los catéchèses con mi marido antes de empezar este progreso, he sido pasmada muchas veces por la enseñanza de los catéchètes. Encontraba que esta enseñanza no respetaba a las personas. En primer lugar podía tenersenos a la escucha a lo largo de 2 horas o 2h30 sin detención; se negaba el valor de las ciencias humanas en la salvación del hombre. Se ponía todo el mundo sobre el mismo pie como si todo no hubieran hecho todavía ningún progreso en la fe antes de este día. Se parecía decir que todo lo que había sido hecho hasta allí no tenía ninguno valor. Éramos todo que los pecadores quienes no podían hacer nada de válido. Sabíamos pecar sólo.

	À muchas recuperaciones, mi marido y yo, hemos salido antes del fin de las entrevistas a lo largo de los dos meses que duraron los catéchèses. Sin embargo, volvíamos siempre. Había siempre algo positivo que nos volvía a llevar. Éramos, a la época en busca de alguna cosa que podría dar un sentido más grande a nuestra vida y esperábamos encontrar en este camino lo que buscábamos.

	Il hacen falta decir también que el testimonio de los catéchètes nos hablaba mucho. Sabíamos que eran de las gentes quienes habían dejado todo para consagrar su vida al anuncio de la Palabra de Dios y lo hacían con mucha convicción. Hacían nacer en nosostros una gran esperanza haciendo resaltar fuertemente las Palabras de Dios que son capaz de crear esta esperanza. El testimonio de su vida nos ayudaba a creer en estas palabras.

	Nous han hecho el convivence a finales de los catéchèses y hemos sido elegidos en el equipo de los responsables por los miembros de la comunidad naciente. Hemos tomado nuestro papel en serio. Teníamos como misión de ver a lo que el camino sea respetado integralmente como los catéchètes nos la habían anunciado. Hemos sido muy atentos y tenemos repetidas veces, prohibido el camino en la comunidad. Somos intervenidos muchas veces cerca del cuidado quien, a la época no nos parecía tan mucho tomar en serio cierto este camino según nuestras percepciones.

	Après un año y mitad de progreso, hemos sido elegidos catéchètes por los miembros de nuestra comunidad. No era feliz de esta elección porque conocía lo que eso significaba como exigencias. Soy docente al nivel del primer año del primario. Quiero este trabajo, me doy mucho pero, físicamente, encuentro eso agotador. Sabía que no podría asumir los dos. Luego, he aceptado aunque porque no podía hacer de otra manera siguiente las admoniciones hechas antes de esta elección. Se nos era dicho cuando las admoniciones que han precedido la elección que los hermanos escogidos por la comunidad debían considerar esta elección como siendo la expresión cierta de la voluntad de Dios sobre ellos. Se no nos es dejado de tiempo de reflexión; debíamos aceptar o debíamos rechazar sobre los campos. Pero, cómo la voluntad rechazar de Dios?... Nadie se atreve a hacer eso.... Éste es de en otra parte en este mismo clima que al todo comienzo habíamos aceptado ponerse co-responsables de la comunidad. Hemos podido comprobar también que todos los pasos que hemos tenido a hacer han sido luego acondicionados del mismo modo con cada vez más a la fuerza.

	L'hiver según, o dos años después del nacimiento de la comunidad, hemos catequizado en la parroquia Sdad-Odile. Eso significa de numerosos encuentros. Importaba preparar, dar los catéchèses y al mismo tiempo seguir siguiendo el progreso de la comunidad. Éramos movilizados seis tardes por semana a lo largo de por lo menos dos meses. Al cabo de tres semanas, era agotada. He hecho una hemorragia interna al estómago; me he encontrado al hospital a los cuidados intensivos a lo largo de una noche y he debido tomar un descanso completo a lo largo de dos meses.

	On me han dicho que era responsable de todo eso; no tenía suficientemente fe para confiar llenamente en Dios; que quería todo hacer por yo mismo; que era esclavo de mi trabajo; que no tenía nada de amor en mí; que eso no servía a nada querer hacerme de ello tanto para mi trabajo pues no podía dar nada a quienquiera que éste sea; que era sólo egoísmo y que, no había por consiguiente en mí ningún amor para los niños quienes me son confiados a la escuela ni para mi marido, ni para nadie.

	Je acababa de salir del hospital cuando se me es servido este menú. No tenía más a la fuerza para reaccionar, sabía llorar sólo.... He creído un poco lo que se me es dicho y, el siguiente otoño he intentado, honestamente posible, otra experiencia de catéchèse en la parroquia. Esta vez fue menos penosa y la prudencia me ha hecho moderar antes de ser devuelta a punta. Tengo aunque cobré muy claramente conciencia que era incapaz de asumir el trabajo del día y los catéchèses de la tarde. Como me sentía mucho más atraída por el trabajo cerca de los niños, me aparecía claramente que este último debía retener mi elección. Yo yo culpabilisais frente a mis alumnos que era obligada a descuidar; tenía mucho menos de paciencia con ellos. Encontraba que no era justo que tengan a sufrir por el hecho de que catequizaré la tarde. Yo yo culpabilisais también de dejar los catéchèses porque sentía la actitud de los catéchètes muy culpabilisante. Otra sesión de catéchèse era prevista para el invierno. Era resuelta de rechazar de ir a catequizar después de las fiestas.	

	Mon marido, siendo convertidose en el responsable de la comunidad desde ya un año, éramos invitados desde este tiempo a seguir los convivences que se dirigían a los catéchètes itinerantes. Este convivence se extendía siempre a lo largo de tres o cuatro días en el acto de la licencia de las fiestas. En diciembre de 80, no sabía nada de participar en este convivence. Me sentía sobresaturada y tenía necesidad más descanso que convivence. Me era puesta menos tolerante a la actitud de los catéchètes que encontraba cada vez más absoluta y culpabilisante. Mi marido parecía tener a participar en el convivence; he ido pues a acompañarla. Desde el primer catéchèse, he sentido que los catéchètes perseguían un fin preciso a lo largo de este convivence: tenía la impresión que querían hacer de modo que todas estas personas estén contentas con ir a catequizar partiendo de allí. Lo vivía como un acondicionamiento. Tenía la impresión que ella se servía de la Palabra de Dios para acondicionar mejor a las gentes.

	À partir de aquel momento, éste se es puesto demasiado fuerte para mí. He dicho a los catéchètes que no me sentía respetados, que me sentía manipulada; que sentía su actitud como muy culpabilisante. Se han defendido con vigor y han intentado hacerme comprender que era yo que era neurótico y que estaba luchando contra Dios. Después de esta puesta en condición de cuatro días se es preguntado a las gentes si querían ir a catequizar. Mi marido y yo hemos sido los solos a decir que no partiríamos.

&#Después de 9;Quelques días, había una reunión de todos los catéchètes de Quebec para formar los equipos que debían catequizar. La reunión ha empezado por una admonición que decía aproximadamente esto: Se es dicho también: Luego se es presentado de las Palabras que acentuaban todavía más estas intervenciones. Cómo puede creer en el respeto de las libertades en tal clima?...

	J'étais ahora se puestos ciertos que no podía seguir más en este sentido. Hemos tenido varios encuentros con los catéchètes a este momento. Nos han dicho que la voluntad de Dios para nosostros no se expresaba claramente que tapo por ellos. Teníamos a seguir sólo lo que nos decían para estar seguros de cumplir la voluntad de Dios. Yo, mi conciencia me decía otra cosa. Encontraba que iban mucho demasiado lejos y les he dicho. Pero siempre han mantenido su posición. La autoridad de los catéchètes es primordial en este camino. Se me es dicho que había comprendido eso demasiado temprano. Se me es dicho también que si consultaré las autoridades de la iglesia, éstas me darían razón pero que no sería no más adelantada porque no pueden constar de este camino que no lo conoce suficientemente. Los catéchètes han sido enfadados cuando les hemos dicho que habían sido consultar un Jesuita y un Monseñor de nuestra diócesis. Nos somos convertidos en sus perseguidores.

	Ça se ponen difíciles de ver claro en todo eso. Los catéchètes son los solos a detener la verdad. Los obispos en la iglesia han sido para ellos demasiado conciliadores y aceptan de las dulcificaciones por debilidad. Un miembro de una comunidad no puede discernir la voluntad de Dios para su vida, su obispo no lo puede tampoco. Solos sus catéchètes pueden hacer eso. La conciencia individual no tiene más ninguno valor.

	Lorsque hemos cobrado conciencia del peligro de las tales afirmaciones, hemos preferido retirarnos. Hoy, si hacemos el balance, comprobamos que hemos recibido mucho a través este progreso. Hemos aprendido a acoger la Palabra de Dios y a repartirla con otro. Hemos descubierto en la Palabra de Dios una muy gran riqueza para nuestra vida. Sin embargo no podríamos seguir más caminando en el néo-catecumenado porque no aceptamos que la autoridad de los catéchètes pueda ir tan lejos. Preferimos seguir la autoridad y la enseñanza del Eg1ise oficial.

	Les catéchètes que nos han enseñado este camino lo ha hecho en la sinceridad y centro de mesa en una muy gran fidelidad a sus propios catéchètes. No pueden cambiar nada ellos mismos a este camino. Nos han entregado de modo integral el espíritu del camino. Debemos a nuestra torre aceptarla tal qué o rechazarlo. Como no podíamos aceptarla tal y como presentado, hemos elegido de salir de ello.

	Voilà aproximadamente el esencial de lo que he vivido a lo largo de tres años y media. Lo he escrito únicamente con miras a traer mi pequeña parte para que la luz se haga alrededor de este camino. Pregunto a ella espíritu-San de dar sus luces a aquéllos que es llamado a discernir la verdad en todo eso. Rezo también para que la esperanza nacida en el corazón de las personas a través esta enseñanza pueda seguir creciendo.

										Rita Laberge Lambert.

 

	Mon experiencia en el néo-catecumenado

 

	Lorsque hemos asistido a los catéchèses, hace cuatro años, hemos sido golpeados y a menudo chocado por la actitud de los catéchètes: catéchèses muy largos, sin período de descanso, actitud fría y autoritaria de los catéchètes. A menudo, sus afirmaciones pasmaban nuestras concepciones y hemos partido antes de 1a fin del catéchèse, Rita y mí, a veces cuando nos enterábamos que el catéchète repetía lo que acababa de decir y de repetir.

	Avant de adoptar esta actitud, habíamos preguntado a los catéchètes si podían hacer una pausa en medio del catéchèse porque estábamos muy cansados de escucharlas sobre de las malas sillas de chapa a lo largo de de vez en cuando más de las dos. Sobre éste, nos han dicho fríamente, lo que nos tiene aunque frustrados un poco, el hermano quiere levantarse, que el hermano se levanta, si el hermano quiere partir, que el hermano parta, pero no cambiaremos nuestra manera de funcionar. Cuando el espíritu pasa, no se corta la inspiración con una pausa. A pesar de la gran incomodidad y los frustación sufridos durante los catéchèses, hemos ido hasta el final, porque sentíamos que tenían de veras unos cosa a traernos. Hacían surgir en nosostros una gran esperanza. He comprendido rápido que no importaba volver a poner su autoridad en tela de juicio.

	L'expérience del néo-catecumenado me ha parecido benéfico para el desarrollo de la vida cristiana de una manera arboladura y seria. Mi formación religiosa era precaria y les confiaba en ellos que me parecían poder guiarme.

	Rita y yo, han ido muy regularmente al néo-catecumenado a lo largo de tres años y mitad. Co-responsables en primer lugar y responsables luego durante los quince últimos meses, hemos tenido la ocasión de asistir a todos los convivences para los responsables y los catéchètes y hemos estado así en contacto pus estrecho y frecuente con los catéchètes italianos. He sentido una presión creciente ejercitada por el néo en mi vida.

	J'ai mucho queridos las preparaciones, los calebración y más todavía los convivences que los catéchètes dirigían anualmente o semi anualmente. Después de algunos meses de entrenamiento, el régimen muy cargado del néo no me parecía demasiado pesado. Consideraba como segundarios las diversiones para privilegiar sólo el camino de Kiko. Pues, más de curso, menos de lectura, mucho menos de encuentros con los amigos y los padres etc... Poco a poco, se desarrollaba totalmente en mí la esperanza cada vez más grande de una vida transformada, más feliz, más llena. Esperaba el día cuando en todo el mundo, Jesucristo sería devuelto visible por la existencia de comunidades de los cristianos arboladuras por 1a larga fermentación de la Palabra de Dios en ellos, de las liturgias y de 1a vida en comunidad.

	À parte algunos trastornos en mis proyectos o algunos pequeños inconvenientes por aquí por allí, no probaba de la seriedad problemas en este camino. Pero los problemas que tienen vividas Rita me han hecho reflejar.

	A el séquito de un desarrollo que Rita ha descrito en su exposición, los catéchètes nos han dicho muy que la voluntad de Dios, para nosostros, catecúmenos, se expresa sólo por ellos; que hace falta tener cuidado con la voz de nuestra conciencia porque el Pícaro manifiesta se mucho, que el obispo no puede guiarnos en este camino porque no nos conoce y no conoce este camino que tan mismo consultaremos de las personas exteriores al camino, nos darán razón pero sin conocer nuestro caso. Perdemos nuestro tiempo y nos equivocamos si queremos consultar a nuestro obispo.

	Donc, solos nuestros catéchètes pueden guiarnos en nuestra vida espiritual y nadie más. No hace falta fiarsenos de los acontecimientos de la vida tampoco.

	Tout eso está muy bien hasta que tenemos de los catéchètes que no pueden equivocarse, muy inspirados y muy alumbrados. Pero los acontecimientos que tengo vivido y sobre todo aquéllos que he visto vivir alrededor de mí, me han disuadido de creer en los catéchètes los ojos cerrados. Cómo luego yo dejar toda mi vida entre sus manos si lo que han decidido para otro, y Rita entre otro, no me ha convencido de su clarividencia y de su discernimiento.

	Autant hacerse cargo de la responsabilidad de mis propios errores yo mismo. Hasta que no soy loco, no corro de peligro demasiado grande. Es yo mismo que huele a mí conozco todas las etapas vividas en mi vida hasta aquí. Soy yo, ante todo otro, que siente las llamadas interiores. He visto a menudo los catéchètes tomar de las decisiones para muchas personas a la vez; enviaban cierto número de personas catequizar sin tener en cuenta el caso de cada uno. Tengo la impresión que el néo es un molde y que todos los que entran deben pasar por el mismo camino. Cada uno ingresa en el punto cero. Se hace pasar las mismas etapas a cada uno al mismo tiempo y se deja Dios cargarse del resto. Los catéchètes nos han dicho a menudo que es imposible querer. De los esfuerzos en este sentido serán dedicados al jaque. Dios solo puede devolvernos capaces de querer. Los hemos tomado a la palabra, Rita y mí, hasta el día donde nos hemos enterado que éramos más fríos uno hacia el otro, que descuidábamos las pequeñas atenciones y los esfuerzos para devolver nuestras relaciones más armonioso y más caluroso, que teníamos de las relaciones sin amor aparente. Teníamos quizás mal comprendí su enseñanza. Los catéchètes nos hablaban del amor sin matiz. Sin Jesucristo, no de amor posible. Éramos capaces de no querer gracias a Jesucristo o bien nosostros en no éramos capaces del todo como si no existía de grado en el amor.

	Il no tienen a ningún cristiano en esta sala, tengo dicho yo mismo, a continuación de mis catéchètes, que desconoce que todos los asistentes eran bautizados. No decía no hay de los cristianos adultos en esta sala, pero afirmaba muy fuertemente: no hay cristianos aquí.

	Jésus-Cristo ha venido para liberar a los hombres del pecado y de la muerte. Pero en el néo, a lo largo, sufriéramos un acondicionamiento tal y como perdíamos de ello poco a poco nuestro libre albedrío. Nos volvíamos de los autómatas. He escuchado a menudo los repartos en la comunidad durante los últimos meses con el real sentimiento que el reparto de los hermanos era a menudo el reflejo fiel de lo que los catéchètes nos han enseñado y del espíritu que nos han transmitido. Para pensar bien, hace falta pensar como los catéchètes. Un aspecto marcado en este camino es de insistir en el hecho que el hombre es pecador y no puede nada sin Dios. El hombre no es él no una criatura de Dios que destina a la vida eterna. He oído de los hermanos calificarse de carroña y de podredumbre durante los repartos y hago preguntas. ¿Cuál hermosa idea tenemos de l'. uvre de Dios? Se pone fácil para alguien que se desvaloriza a este punto de volver a meter a su voluntad y su persona entre las manos de los catéchètes. En este camino, eso parece muy bien de decir delante de todos con convicción: . La puerta está abierta para que alguien de otro venga dirigir mi vida.

He sentido que se hacía marchar mucho las gentes con la culpabilidad, y quizás inconscientemente. Si no hago eso, seré desgraciado. Si no hago esto me opongo a la voluntad de Dios. Si rechazáis de catequizar, antes de mucho tiempo, rechazaréis todo en este chemin,	en salir, abandonar la práctica religiosa, rechazar la iglesia y seréis muy desgraciados.

	La profecía se ha realizado para lo que es de salir del camino, pero para el resto, no es cerca de realizarse pues pienso tener más que nunca la preocupación de la fidelidad a la iglesia y a su enseñanza. Desde que somos fuera de este camino, respiramos lleno nuestros pulmones y no es para nada desgraciado.

	Durant las primeras semanas siguientes se haber apartado de este camino, hemos cobrado conciencia del impacto del acondicionamiento que hemos sufrido. Teníamos miedo a fallar nuestra vida... Se nos la era dicho tanto. Éramos conscientes que nos importaba tomar un buen retroceso para ver claro en nuestra vida. Ahora, después de diez meses, podemos participar en las cosas, y podemos apreciar lo que la iglesia nos ofrece al lado de este camino.

 

 

									Jean-Yves Lambert

 

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